Hace apenas unas
horas se celebraba el Año Nuevo Chino en China Town Las Vegas. Un evento,
homenaje al Dragón, -pues es su año-, que convocó a varios cientos de personas
en la calle Spring Mountain, donde se encuentra en Barrio Chino. La jornada se
celebró en un recinto alambrado cuyo acceso costaba 3 dólares (1 dólar niño) y
en el que se celebraban incesantes actuaciones de baile, canto, malabarismo y
otras actividades. No estaba mal, pero para
un ratito. El resto del espacio estaba ocupado por vendedores de ropa, adornos,
bisutería, y demás trastos propios de las típicas tiendas chinas a las que estamos
acostumbrados, aunque algún americanito aprovechaba la circunstancia para
vender juguetes no se sabe muy bien de
dónde. Gabinete médico y colas para recolectar grasientas viandas formaban el
resto del asunto.
Ambiente durante la jornada del Año Nuevo
Pero vayamos a estas
últimas. Resulta impresionante ver como los americanos, sobre todo, hacen cola
durante al menos una hora para pagar tempuras, cerdo agridulce y otras carnes
rebozadas en currys, brillantes, relucientes, aceitosas. “Is a very healthy food”
escuché en alguna de esas filas… Pero ¿quién les metió en la cabeza que la
cocina china es una cocina saludable? Vale, habrá de todo… Pero seamos
sinceros, las grasas y féculas empleadas en la mayoría de los restaurantes y
kioskos ambulantes de China Town, no van a ganar la medalla de “Cocina Saludable
del Año”.
En alguna de esas
colas me planté (a una le entra el hambre), y hubo tres cosas que me
sorprendieron:
Elaboración del Takoyaki
1)
La cola más larga era la de los Takoyaki. Una masilla que se
volcaba sobre calientes agujeritos engrasados, dentro se añade pulpo, cilantro,
pimiento fermentado y setas y se les va dando vueltas sobre el calor formando
una especie de croqueta. Encima se sirve atún seco y una salsa espesa de sabor
intenso a soja. (5$)
2)
Empanadillas rellenas de pollo, verdura, papa y curry. Muy
chinas no parecían, eran más bien criollas… Pero estaban buenas. (1,5$)
3)
Los Taro Tea. Té negro de sabores servidos con leche, hielo y un
fondo de bolitas de mochi o gominola para sorber con una enorme pajita mientras
se bebe el Taro Tea. Puede pedirse de papaya, lychee, coco, chocolate y miel,
aguacate, etc. (4$)
La experiencia no fue
mala, si acaso diferente… Si tienen oportunidad de hacerlo el año que viene, ya
saben a lo que se exponen.