Descorchar y beber a sorbos

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martes, 3 de enero de 2012

El Gran Cañón del Colorado




 
Las navidades pasan rápido en Las Vegas, y aunque aún nos faltan los Reyes, esa sensación de desazón y nostalgia ha empezado a latir desde que la resaca del Fin de Año nos abriera los ojos.
Para evitar ese vuelco de alma vacía lo mejor es romper con todo y hacer algo diferente. Yo, me he ido al Gran Canyon, en el estado de Arizona. Cinco horas de ida y cinco horas de vuelta en coche desde la Sin City, siguiendo las velocidades establecidas; pero ha merecido la pena. Claro que, la próxima vez mi  visita al Gran Canyon será por el aire… Mi puesta en la piel de Thelma o Louis ya está cumplida.

El espectáculo es impresionante, los colores, la profundidad, la inmensidad y la definitiva certeza de que el individuo es una ínfima pieza dentro del gran puzle que es La Tierra son las imágenes y los recuerdos que nunca abandonarán ni mi mente ni mi retina. Somos muy pequeños en un mundo muy grande.
Hotel Tovar, dentro del Parque Nacional

Lo ideal, es poder alojarse en un hotel, como el Tovar, -cálido y con vistas sobre la parte sur del Cañón, las mejores-, y recorrer en unos pocos días cada uno de los miradores y paisajes de una de las que fueron Maravilla del Mundo.

Su profundidad máxima llega a superar los 2.000 metros y su anchura ronda los 350 km.

El Sur del Gran Cañón, las mejores vistas
Aunque dentro de este Parque Natural, Patrimonio de la Humanidad, podemos encontrar algún punto para comer, lo más recomendable es salir hasta Tusayan, localidad previa a la entrada del Parque, donde la variedad de restaurantes es considerable.

El precio de acceso al Parque Natural del Gran Canyon es de 25 dólares por vehículo.

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