Momento freak, sobre una máquina de mortadelllla
Tras la boda de Isabel Aires, una celebración divertida, champanera, informal y en la que ella, por cierto, supo estar acertadísima (con un vestido 'palabra de honor', pelo suelto con algunos mechones más oscuros y un leve recogido), a pesar de que tanto la lluvia como el fútbol parecían confabularse para aguar la fiesta (y no fue el caso, radió el sol y ganó la Roja), llegó una nueva semana que se inauguró con un evento en el restaurante Don Giovanni, con motivo de su 5º aniversario.
Andrea Tumbarello, artífice del restaurante italiano, parece convertir en oro todo lo que toca. Tras consolidar Don Giovanni, comenzó su carrera Trattoria DG, es decir, empezó a relanzar lo que antaño lanzaran Juan Pablo Felipe primero, y Sergi Arola después, y empezaba a caer en picado, las Paninotecas. Se bajó hasta Finca Cortesín para darle lo suyo a los ricachos de Marbella y finalmente se dejó seducir por Arturo Cantoblanco para relanzar igualmente El Amparo. Los hay detractores y los hay amantes de Tumbarello, pero lo que está claro es que el italiano no deja indiferente a nadie y que da en la tecla acertada cuando le dejan tocar el piano.
Fiesta marcada por la mortadela y el parmesano. Genial la preparación de los Gin Tonics.
Pd. En la foto, Laura, Susana, Daniela (empieza a ser habitual en las fotos de mi blog) y yo, sobre la máquina de cortar mortadela, o mortadella como diría la tortellini. La mortadela ya nos la habíamos comido.
Pd. La otra foto es Sicilia, tierra mater de Tumbarello
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