Hace ya algunos meses que tenía curiosidad por conocer el restaurante Arzábal (Doctor Castelo,2.Madrid. 915 572 691)... Espacio existente por obra y gracia de dos mentes inquietas que un día se encontraron y descubrieron que eran el complemento perfecto el uno del otro... Las de Iván Morales y Álvaro Castellanos. Estuve hace dos días y pude sentir el pulso de este espacio tal y como me lo habían descrito (cosa poco usual, es como cuando te recomiendan una película mucho, mucho, y cuando vas a verla sales con una especie de vacío). Pues aquí no, aquí salí bien llena, de alma y estómago. Arzábal es un espacio que podríamos describir como ¿bistró? (están utilizando tanto la palabrita que se está desvirtuando... como si muchos hubiesen estado en un bistró de verdad), pequeño, blanquecino, con aire de taberna ilustrada, espejos espiatorios y una mini barra que no quiero ni pensar cómo se pondrá los fines de semana. Iván es la sala y Álvaro la cocina, una cocina dividida en oferta de pizarra y platos de carta, aunque al final todo se mezcla. Atención al menú ligerito que mi amiga Marita, Nacho y yo nos metimos entre pecho y espalda: Burrata con picada de tomate; Alcachofas fritas (lo mejor, sin duda); Callos servidos en Le Creuset (lo segundo mejor, sin duda); Ravioli de raclette con.... (uf, se me ha olvidado, cecina creo); Cigalitas con patatas a la importancia; Atún Toro planchadito con salmorejo; Steak Tartar y un Pollito picantón deliciosamente escabechado con cebollita confitada.... Creo que no se me queda nada.... Ah si.... Tarta de manzana, la calentita, la que ahora sirven en todos los restaurantes (esta semana la he comido además en Quintana 30 y Balzac) con cremita de leche, como la sirven en los bistrós , ;-). El precio total 120 euros (40 € cada uno)... Eso sí, sin vino, que nos invitaron a dos botellas de Mesache Blanco de Bodegas Pirineos (impresionante vino y de gran relación calidad-precio) por ir acompañadas de Nacho Morán (distribuidor de la bodega, claro).
Por cierto, puedes tomar champagne por copa al precio de 5,50 €... Sólo por eso merece la pena asomar el hociquillo por allí.
Otro por cierto, caras conocidas de la gastronomía puedes encontrarte cada día, el miércoles estaba Luis Cepeda (crítico de On Madrid) por un lado y Luis de Blas (con su guapísima y encantadore hija y amiga mía María) por otro.
Gracias Nacho, por la invitación
Sí, sí, tenemos que ir a comer. ¿Repites conmigo? Eso sí, el champancín lo degusté gracias a ti, aunque al final nos tuvieron que echar (descanso del personal, o eso decían).
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