Descorchar y beber a sorbos

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lunes, 30 de enero de 2012

Nuevo Año Chino en China Town Las Vegas



Hace apenas unas horas se celebraba el Año Nuevo Chino en China Town Las Vegas. Un evento, homenaje al Dragón, -pues es su año-, que convocó a varios cientos de personas en la calle Spring Mountain, donde se encuentra en Barrio Chino. La jornada se celebró en un recinto alambrado cuyo acceso costaba 3 dólares (1 dólar niño) y en el que se celebraban incesantes actuaciones de baile, canto, malabarismo y otras actividades. No estaba mal, pero  para un ratito. El resto del espacio estaba ocupado por vendedores de ropa, adornos, bisutería, y demás trastos propios de las típicas tiendas chinas a las que estamos acostumbrados, aunque algún americanito aprovechaba la circunstancia para vender  juguetes no se sabe muy bien de dónde. Gabinete médico y colas para recolectar grasientas viandas formaban el resto del asunto.

Ambiente durante la jornada del Año Nuevo

Pero vayamos a estas últimas. Resulta impresionante ver como los americanos, sobre todo, hacen cola durante al menos una hora para pagar tempuras, cerdo agridulce y otras carnes rebozadas en currys, brillantes, relucientes, aceitosas. “Is a very healthy food” escuché en alguna de esas filas… Pero ¿quién les metió en la cabeza que la cocina china es una cocina saludable? Vale, habrá de todo… Pero seamos sinceros, las grasas y féculas empleadas en la mayoría de los restaurantes y kioskos ambulantes de China Town, no van a ganar la medalla de “Cocina Saludable del Año”.

En alguna de esas colas me planté (a una le entra el hambre), y hubo tres cosas que me sorprendieron:

Elaboración del Takoyaki

1)     La cola más larga era la de los Takoyaki. Una masilla que se volcaba sobre calientes agujeritos engrasados, dentro se añade pulpo, cilantro, pimiento fermentado y setas y se les va dando vueltas sobre el calor formando una especie de croqueta. Encima se sirve atún seco y una salsa espesa de sabor intenso a soja. (5$)

2)     Empanadillas rellenas de pollo, verdura, papa y curry. Muy chinas no parecían, eran más bien criollas… Pero estaban buenas. (1,5$)

3)     Los Taro Tea. Té negro de sabores servidos con leche, hielo y un fondo de bolitas de mochi o gominola para sorber con una enorme pajita mientras se bebe el Taro Tea. Puede pedirse de papaya, lychee, coco, chocolate y miel, aguacate, etc. (4$)

La experiencia no fue mala, si acaso diferente… Si tienen oportunidad de hacerlo el año que viene, ya saben a lo que se exponen.

viernes, 13 de enero de 2012

Fire Fly, de tapas en Las Vegas y a buenos precios



No es nuevo ni lujoso, tampoco presume de trabajar con producto de mercado y de primera línea; pero no cabe duda de que es un lugar divertido, agradable, asequible y con buen ambiente… Si a eso le sumamos una voluptuosa carta de tapitas a buen precio y correctamente preparadas (algunas), apaga y vámonos.

El bar-restaurante Fire Fly en la calle Paradise N 3900 y su hermano gemelo, en Sahara W 9560 tienen una cocina ininterrumpida en la que encontramos desde croquetas, hasta jamón serrano con queso manchego; pasando por unas brochetas de cordero con lentejas o un tartar de atún. Pero ojo, no es oro todo lo que reluce, hay que estar atentos a la descripción que acompaña a cada plato… Si no andamos listos, nos colocan el jamón serrano bañado en vinagre de Módena y las croquetas envueltas en abrigo de ali-oli.
La carta es muy extensa, pero de los pequeños platillos (que no son tan pequeños) puedo recomendar algunos como los Calamares fritos (7,5$), el Pan tumaca (4$),  el Tartar de atún con aguacate (8$), el Jamón serrano con manchego (9$)-no olviden pedirles que eliminen cualquier elemento extraño como ese Módena asesino-, los Pimientos de Padrón (5$) – que son esos sishitos japoneses tan aparentes-, las Fierfly frieds (6$) -que van con Parmesano y hierbas provenzales- ,las brochetitas de pollo (7$) y las de cordero con lentejas (7,5$).

Los postres no merecen mucho la pena, pero la carta de vinos es simpática y asequible (teniendo en cuenta que estamos en EEUU), recomiendo un albariño Paco y Lola (36$) o cualquiera de sus dos Viogner chilenos (27$).

Servicio simpático, mayoría latino y muy muy repetible.








  

martes, 3 de enero de 2012

El Gran Cañón del Colorado




 
Las navidades pasan rápido en Las Vegas, y aunque aún nos faltan los Reyes, esa sensación de desazón y nostalgia ha empezado a latir desde que la resaca del Fin de Año nos abriera los ojos.
Para evitar ese vuelco de alma vacía lo mejor es romper con todo y hacer algo diferente. Yo, me he ido al Gran Canyon, en el estado de Arizona. Cinco horas de ida y cinco horas de vuelta en coche desde la Sin City, siguiendo las velocidades establecidas; pero ha merecido la pena. Claro que, la próxima vez mi  visita al Gran Canyon será por el aire… Mi puesta en la piel de Thelma o Louis ya está cumplida.

El espectáculo es impresionante, los colores, la profundidad, la inmensidad y la definitiva certeza de que el individuo es una ínfima pieza dentro del gran puzle que es La Tierra son las imágenes y los recuerdos que nunca abandonarán ni mi mente ni mi retina. Somos muy pequeños en un mundo muy grande.
Hotel Tovar, dentro del Parque Nacional

Lo ideal, es poder alojarse en un hotel, como el Tovar, -cálido y con vistas sobre la parte sur del Cañón, las mejores-, y recorrer en unos pocos días cada uno de los miradores y paisajes de una de las que fueron Maravilla del Mundo.

Su profundidad máxima llega a superar los 2.000 metros y su anchura ronda los 350 km.

El Sur del Gran Cañón, las mejores vistas
Aunque dentro de este Parque Natural, Patrimonio de la Humanidad, podemos encontrar algún punto para comer, lo más recomendable es salir hasta Tusayan, localidad previa a la entrada del Parque, donde la variedad de restaurantes es considerable.

El precio de acceso al Parque Natural del Gran Canyon es de 25 dólares por vehículo.