Descorchar y beber a sorbos

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lunes, 23 de agosto de 2010

LAS CARRERAS DE SANLÚCAR DESDE UNA COPA DE SOLEAR



Cuando pasa mucho tiempo y no sabemos de alguien, o está criando malvas o está
demasiado bien como para dar una pequeña señal de vida... Eso ha sido de mí estas últimas semanas, estaba demasiado bien...






Mi último destino y placer turístico y gastronómico ha sido Sanlúcar de Barrameda, y eso no iba de champancín si no más bien de manzanilla, y lo que son las cosas... Tres días seguidos degustando el único vino que existe femenino (si saben de otro, por favor, no me dejen con la duda), y ni pizca de ardor de estómago, ni sospecha de embriaguez más que una justa alegría y ni asomo de resaca mañanera.

Tres días dedicados en cuerpo y alma a las carreras de caballos de la playa de Sanlúcar, con Grupo Barbadillo como anfitrión.

Visita a las bodegas, auténtico templo dedicado a los vinos de la zona, instalaciones impresionantes, (no en vano es habítual celebrar casamientos dentro de la bodega); y una cata para finos paladares amantes de los vinos del Marco de Jerez; además de la Manzanilla Solear, delicada y salina, tomamos mi favorito, su Palo cortado o 'palo cortao', Obispo Gascón, aterciopelado e intenso, perfecto para acompañar el lomo y el jamón de Sierra Sevilla (la empresa de ibéricos de Barbadillo) tal y como hicimos, y un Amontillado Reliquia, sereno, licoroso y de trago largo, aunque mi favorito, insisto, es el anterior. A mediodía, comida en Aponiente, con Angél León. He de decir que me sorprendió... Pensé que me ocurriría lo mismo que otras veces, tanto escribir de una persona o de un restaurante y tanto hablar de ello me suele decepcionar llegado el momento de probarlo realmente, como cuando oyes hablar mucho y demasiado bien de una película y luego se te queda ese vacío de "... y ahora qué". Pues no fue el caso, el sabor a mar profundo que desprende la cocina de León, las depuradas técnicas, y su honestidad con lo que le rodea no puede dejar indiferente y no puede decepcionar.... Pero a él le dejo para la mi próxima misiva.

Y por la tarde, el momento de las carreras de caballos. Desde el palco VIP de Barbadillo, escasa visibilidad, pero las televisiones instaladas en cada caseta nos dejaban pista de ellas. Y al final, pues eso era lo de menos, aquí a quien se jaleaba era a los vinos de Barbadillo (gran éxito para el blanco Castillo de San Diego de Barbadillo y para el rosado de Bodegas Pirineos, que los lugareños tomaban con hielo), la manzanilla, el picoteo y el cotilleo. Por los palcos se dejaban ver Antonio Jiménez, Carlos Herrera, etc... Cena y risas en las bodegas.


Y mosquitos. Segundo día, y con el repelente de mosquitos más intenso que pudimos encontrar (literalmente, nos comieron uno a uno a cada uno de los plumillas y acompañantes que por allí nos paseamos, Alberto, Miriam, Susana, Sebas, Valentín, Paz, Xavier, Pepe y la que suscribe...), nos adentramos en los víñedos de Gibalbin con su enóloga catalana, Montse (casi tan delicada y elegante como su manzanilla, por cierto). De todo lo que conocimos y probamos... No pierdan ojo a algún tinto que saldrá pronto con variedades nuevas para la bodega. Comida en Casa Bigote, ¡qué ganas tenía! ¡y cuanto me ha decepcionado! Este si es un caso de 'mucho ruido y pocas nueces', y no es que se coma mal, un Morrillo de atún a la plancha con pimientos asados y un Rape en salsa de pan tostado geniales, también los langostinos, pero los platos con intento de innovación resultaron bastante fallidos... como el Calamar frío relleno de sí mismo, insulso y sin gracia y la Caballa con vinagreta de tomate y salmón ahumado, sabor excesivo el del vinagre, dura la carne de la caballa y un salmón ahumado fuera de lugar.... En definitiva... En cuestión de clásicos, Balbino, donde cenamos tras las carreras de ese día y lugar que ya conocía gracias a mi amiga Sofia, sigue siendo mi favorito de la zona. ¡Viva, viva y viva, sus tortitas de camarones!

Último día, viaje en barco, desde Chipiona a Sanlúcar y de Sanlúcar a Chipiona. Broche de oro. Más de cinco horas navegando y chapoteando entre el Mediterráneo y el Atlántico con una cámara repletita de Solear y los vinos blanco Mesache y rosado de Bodegas Pirineos, con picoteo de tó... Quesito, curados, cazón, carne mechá, croquetas...


Viajes como estos dan sentido a la vida...
Gracias a Sofía, Nachete, Fori, Rosario... Son un lujo como equipo y como personas.












2 comentarios:

  1. Del resultado de las carreras no veo nada por ninguna parte, jaja.

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  2. ¿No he puesto un archivo adjunto con los resultados? Vaya, se me habrá pasado... Deben ser mis prioridades... jeje...

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