No es nuevo ni lujoso, tampoco presume de trabajar con producto
de mercado y de primera línea; pero no cabe duda de que es un lugar divertido,
agradable, asequible y con buen ambiente… Si a eso le sumamos una voluptuosa
carta de tapitas a buen precio y correctamente preparadas (algunas), apaga y
vámonos.
El bar-restaurante Fire Fly en la calle Paradise N 3900 y su
hermano gemelo, en Sahara W 9560 tienen una cocina ininterrumpida en la que
encontramos desde croquetas, hasta jamón serrano con queso manchego; pasando
por unas brochetas de cordero con lentejas o un tartar de atún. Pero ojo, no es
oro todo lo que reluce, hay que estar atentos a la descripción que acompaña a
cada plato… Si no andamos listos, nos colocan el jamón serrano bañado en vinagre
de Módena y las croquetas envueltas en abrigo de ali-oli.
La carta es muy extensa, pero de los pequeños platillos (que no
son tan pequeños) puedo recomendar algunos como los Calamares fritos (7,5$), el
Pan tumaca (4$), el Tartar de atún con
aguacate (8$), el Jamón serrano con manchego (9$)-no olviden pedirles que eliminen
cualquier elemento extraño como ese Módena asesino-, los Pimientos de Padrón
(5$) – que son esos sishitos japoneses tan aparentes-, las Fierfly frieds (6$) -que
van con Parmesano y hierbas provenzales- ,las brochetitas de pollo (7$) y las
de cordero con lentejas (7,5$).
Los postres no merecen mucho la pena, pero la carta de vinos es
simpática y asequible (teniendo en cuenta que estamos en EEUU), recomiendo un
albariño Paco y Lola (36$) o cualquiera de sus dos Viogner chilenos (27$).
Servicio simpático, mayoría latino y muy muy repetible.
Jolines, ya tiene tele la adición de Módena, jaja. Sin más comentarios :)
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