Descorchar y beber a sorbos

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jueves, 12 de mayo de 2011

El gastrobar, o la taberna de Gorines

Pepe Gorines y su Gastrohamburguesa D.O.

(foto de Felix Soriano)



Mencioné por encima hace un par de semanas un espacio cuyo nombre, Cilantro, prometía darnos muchas sorpresas. Hoy les cuento un poco más acerca de él, y subrayo lo que dije entonces.



Aunque se empeñen en llamarlo Gastrobar, término que empieza a sonar caduco y que suena al tintineo de la maquina registradora (léase: los precios de otros gastrobares como Le Cabrera o Estado Puro); yo prefiero denominarlo "taberna canalla". Un lugar entre lo bareto y lo 'in'. Su espacio se divide en tres: terraza (que siempre se agradece en esta época y en pleno Chamberí); barra (de las de barriles fuera, enjuta y algo recargada); y salón hipermoderno, en blanco, con cuadros que varían el color y la intensidad de la luz por minutos.



Pero sin duda, lo mejor, es su concepto gastronómico en el que incluyo con devoción su bodega (creada por el más que querido Nico de Scott & Henry). El culpable es un Pepe Gorines regresado a la ciudad capitalina tras su periplo por tierras del norte. Ecléctico (le gusta la palabrita) y siempre sorprendente, Gorines nos acerca una carta de producto con platos nada novedosos y al mismo tiempo, repito, sorprendentes: Ensalada de Raf con Parmesano de impecable aliño; potajes de la madre (y eso es cierto); pintxos para tomar a cualquier hora donde destaca el Solomillo Strogonoff que ahora mismo linkeo, aprovechando que lleva el nombre de la publicación que con tanto esmero publicamos mi amiga Alexandra y yo cada mes (este mes, por cierto,escribo un bonito artículo de tres amigos escritores, fantástico); y por supuesto, dos grandes llegados de EEUU, la Gastrohamburguesa D.O., cuya carne Angus viene de allí, igual que viene una auténtica Cheesecake con puré de framubuesas.



De vez en cuando le da por hacer un cocido, unos callos o algo igual de rico y que cada día buscamos más...



Aunque muchos lo definirían como un gastrobar que quiere ser afterwork; yo insisto: es una taberna 2011 que nos da de comer y de beber bien a cualquier hora del día, y casi a cualquiera de la noche.




Comer cuesta unos 20 euros, ya depende de ustedes la sed que traigan












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